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1960, una campaña de manteles largos

Los Tigres se coronaron con Beto Ávila en sus filas; fue la última temporada del veracruzano como profesional
April 13, 2015

México, D.F. (Tomás Morales) 13 de abril.- La temporada de 1960 fue de manteles largos, digna de comenzar una década, ya que el gran Beto Ávila, nuestro mejor jugador en Ligas Mayores de su tiempo y el único que ha ganado un campeonato de bateo en el mejor beisbol del mundo, decidió retirarse de pelotero vistiendo por un año la franela del Tigres Capitalino, de su gran amigo, el Ing. Alejo Peralta.

Antes de ir a la conquista de Ligas Mayores, Beto Ávila jugó con Pericos de Puebla y fue el campeón bateador de la Liga Mexicana de 1947 con un promedio de .346 y también ganó la corona ofensiva en la Liga Invernal Veracruzana de 1953-54, al jugar con el Aztecas y batear .408. Y en la muy fuerte Liga Cubana perdió la corona de bateo por un punto ante Lou Klein, debido a que otro jugador mexicano, su paisano Vinicio García, le quitó  dos imparables a Beto Ávila con dos grandes jugadas en la segunda base, ya al final de la campaña. Klein terminó con .324 y Beto con .323. Ávila jugó con Marianao y Vinicio con Cienfuegos, los dos veracruzanos.

Tuvimos oportunidad en 1960 de ver a Beto Ávila en el circuito en donde se había hecho famoso y donde regresó en el año en que se iba a cerrar el telón de una obra maravillosa en el escenario beisbolero.

Beto jugó todo el año con los Tigres y dio muchas muestras de su grandeza, al terminar con un promedio de .333 y jugando en forma espectacular la segunda base. Tomó parte en 127 juegos con 424 veces al bat, dando 19 dobles, ocho triples, 10 jonrones, robándose 15 bases y recibiendo 144 bases por bolas.

Beto Ávila fue el motor de un formidable equipo que armó Alejo Peralta para sacarse la espina del año anterior, cuando su club impuso record de derrotas en una temporada con 104.

Con Memo Garibay de regresó al timón, los Tigres de 1960 tuvieron a "Pasitos" Echeverría en primera base, Beto en segunda, Carlos Ramírez en el short, Roberto Montelongo e Hilario Peña en tercera, con el catcher Dick Czekaj, al que se le atribuye el jonrón más largo que se haya conectado en la historia del Parque del Seguro Social. Beto Ávila y Carlos Ramírez formaron una combinación de dobles matanzas en la segunda base y en el short que peleó hasta el final por la corona de doble plays con la gran llave de los Diablos formada por "Chero" Mayer en el short y "Natas" García en la segunda.

Estos Tigres tuvieron como jardineros a Carlos Paula, "Chamaco" Vea, Luis Zayas, Rubén Esquivias, que dejó la primera base por el jardín, a Ricardo Garza.

Luis Tiant, tras un año de 18 derrotas como novato, brincó al primer lugar de los pitchers con récord de 17-7, que le dio la corona de ganados y perdidos y le abrió las puertas para las Ligas Mayores. Arturo Cacheux entró al estrellato con 15 ganados y Memo Luna tuvo un gran retorno con 11 triunfos. El americano Albert James ganó nueve, con siete triunfos de Mauro Ruiz, quien se hizo profesional tras una brillantísima carrera de amateur, y siete triunfos también del zurdo cubano Silverio Pérez.

Los Tigres ganaron la corona con siete juegos de ventaja sobre el Águila de Veracruz y "Pasitos" Echeverría tuvo un gran año de .369 con 17 jonrones y 131 carreras empujadas, que fue récord por varios años para jugador mexicano. Carlos Paula, que venía de Ligas Mayores al igual que Beto Ávila, bateó .339, con Carlos Ramírez teniendo su mejor campaña con .308 y el cubano Luis Zayas con .305 ya como jardinero central, donde se había establecido como un excelente fildeador.


FOTO: Beto Ávila, un gran bateador y segunda base; aquí con el Ing. Alejo Peralta.

Los Tigres se hicieron de buena ventaja desde las primeras semanas y para el 11 de septiembre, con la temporada llegando al final, le ganaron un doble juego al Diablos Rojos para escaparse totalmente del resto del grupo. El primero lo ganaron 8-2 y el segundo 18-8, pero los dos juegos fueron difíciles, con los felinos viniendo de atrás para con grandes ataques en la parte final ganaron con mucha ventaja.

El primero lo perdían 2-0 en la sexta entrada de un juego a siete ante Panchillo Ramírez cuando Dick Czekak, ese día jugando el jardín, se voló la barda del jardín izquierdo para dar la vuelta al partido. Luego añadieron cuatro carreras más.

El segundo juego lo ganaban los Diablos 8-5 en el cierre del octavo cuando los Tigres pusieron un ataque devastador de 13 carreras, dos anotaciones menos que su propio récord. Ya para el final del gran rally el catcher Beto Palafox se quitó los arreos y fue a lanzar para sacar los dos últimos outs y llevarse los aplausos de los aficionados rojos.

Tras ese doble triunfo, los Tigres quedaron listos para la coronación y de esa manera Beto Ávila dijo adiós al beisbol como jugador ganando un campeonato. En la serie final contra los Petroleros de Tulsa, sucursal de los Cardenales, los felinos perdieron por cuatro juegos a uno y de esta manera tuvo el formidable Beto Ávila su último juego como profesional en una carrera que quedó plasmada en el libro de oro del beisbol mexicano y en el de Ligas Mayores también, ya que fue el primer jugador latinoamericano en ganar una corona de bateo en la gran carpa. El rey de nuestros jugadores.

Los Tigres de 1960 terminaron con un récord de 77-66.