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La gran historia de Celerino Sánchez

April 2, 2020

TIEMPO DEL RECUERDO: Una de las muchas maneras de llegar al beisbol profesional y triunfar. Con mucho gusto recordaremos ahora a Celerino Sánchez, dando sus primeros pasos en el beisbol y hasta ganar un lugar en el Salón de la Fama. Una historia interesante sin duda alguna, además un gran

TIEMPO DEL RECUERDO: Una de las muchas maneras de llegar al beisbol profesional y triunfar. Con mucho gusto recordaremos ahora a Celerino Sánchez, dando sus primeros pasos en el beisbol y hasta ganar un lugar en el Salón de la Fama. Una historia interesante sin duda alguna, además un gran amigo y todo un caballero dentro y fuera del terreno de juego.
Como todo aquel que deja su pueblo en busca de encontrar algo mejor, Celerino salió de El Guayabal, Veracruz, para probar fortuna en la capital. Encontró trabajo en un rastro que estaba al norte de la Ciudad de México. Con el tiempo se encontró con amigos que practicaban el beisbol y lo invitaron para jugar los domingos. Ahí lo vio un ex pelotero cubano, Javier Jarrín, quien lo aconsejó que buscara oportunidad de entrenar con los Tigres que lo hacían en uno de los campos de la Magdalena Mixhuca. Eran los primeros años de los 60. Por cierto que George Genovese los entrenaba previo a la temporada de 1963. Genovese había dirigido a los Tigres cuando debutaron en la LMB el año de 1955 y los hizo campeones.
Celerino llegó con su guante, no se acercó a nadie y se sentó para ver el entrenamiento. Lo vio Jesús "La Pulga" Robles que era uno de los instructores auxiliares de Genovese. Le dijo que se fuera a los jardines a recoger bolas durante la práctica de bateo. Cuando terminó el entrenamiento se lo presentó a Genovese quien le dijo que siguiera yendo a la práctica. Le dieron uniforme y fue como al tercer día que lo llamaron para batear. Por supuesto que luego mostró sus facultades y lo firmaron.
Lo mandaron a los Piratas de Campeche donde rápidamente se convirtió en un jugador fuera de serie. Los Tigres lo trajeron para el final de la temporada 1964 y bateo .375 en las oportunidades que tuvo. Por esos años no tenía lugar porque estaba en pleno apogeo el infield del millón que formaban Rubén Esquivias, Kiko Castro, Armando Murillo, Fernando Remes y Gregorio Luque era el cátcher.
Celerino siguió quemando la Liga del Sureste y al final de la temporada lo traían los Tigres. Fue hasta 1968 cuando ya se quedó con los Tigres y en 1969 tuvo su primera gran temporada completa al batear .314, con 20 jonrones y 88 carreras producidas. De ahí para adelante ya fue un pelotero que empezaba a sonar como candidato a Ligas Mayores. Los Yanquis de Nueva York lo querían pero no había visto bueno del alto mando de los Tigres. Si los Yanquis lo querían, en Campeche era un ídolo y cuando Tigres lo solicitaba en Campeche lo escondían. Se decía entonces que enamoraba a la hija del entonces gobernador, señor Ávila. Esta situación provocó una anécdota en donde tuvo que ver nuestro inolvidable compañero de El Heraldo de México, Manuel Villasana, que hizo una nota donde hablaba de los amores de Celerino con la hija del gobernador, pero se equivocó el corrector de estilo donde decía que "no venía Celerino porque tenía amores con la hija del gobernador". Pero le cambiaron y en el periódico apareció "que Celerino no venía porque tenía amores con el gobernador del estado de Campeche".
Ya puede imaginarse la que se armó pero al día siguiente se ofreció una disculpa. Finalmente regresó con los Tigres donde se quedó. Hay mucho más que platicar de Celerino Sánchez. Continuaremos la próxima semana.
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