LMB: La grandeza del inolvidable Martín Dihigo
El amigo Mario Dávila Flores nos hizo llegar una serie de sucesos donde se vieron involucrados varios estrellas del pasado. Su tío Pepe Dávila, quien fue uno de los afortunados testigos de esta hazaña que fincó Martín Dihigo, fue el colofón de la temporada 1942 de la LMB. Martín Dihigo
El amigo Mario Dávila Flores nos hizo llegar una serie de sucesos donde se vieron involucrados varios estrellas del pasado. Su tío Pepe Dávila, quien fue uno de los afortunados testigos de esta hazaña que fincó Martín Dihigo, fue el colofón de la temporada 1942 de la LMB.
Martín Dihigo pudo ser un pelotero estrella de Ligas Mayores pero se oponían los peloteros blancos que eran los únicos a los que se les permitía participar, hasta que en 1947 Jackie Robinson abrió las puertas gracias a la decisión de los Dodgers de Brooklyn que lo firmaron para este momento histórico. Ya para entonces empezaron a llegar más peloteros negros, Dihigo ya era un pelotero mermado de facultades.
Cuenta Mario Dávila que su tío Pepe tuvo su lugar en las tribunas para ver el juego del campeonato entre Unión Laguna y los Sultanes de Monterrey que eran el equipo local y solamente requerían de una victoria para coronarse. Es todo lo que necesitaban los entonces llamados “Fantasmas Grises”. El legendario parque de beisbol “Cuauhtémoc” empezó a cubrirse de aficionados que pensaban en esa victoria que les daría el campeonato aquel domingo en la ciudad de Monterrey.
Vino el primer juego y Martín Dihigo ganó 1-0 cubriendo todo el camino. Dihigo a sus 37 años ya había cumplido y los aficionados pensaban que el gran pitcher cubano ya no sería un escollo, todavía quedaba otro juego y ahí se desquitarían, pero grande fue la sorpresa cuando vieron que Dihigo estaba calentando para volver al montículo.
Así fue ante el silencio de todos los aficionados en su mayoría regios. Ese silencio le sirvió a Dihigo para lanzar otro gran juego, toda la ruta para cubrir las nueve entradas y con ello el equipo de la laguna se levantó con el campeonato. Histórico momento con un hombre que se gastaba los últimos momentos de sus facultades, además que fue el manager campeón del Unión Laguna.
Terminamos este relato con una expresión del capitán de los Piratas de Pittsburgh, Willie Stargell, quien dijo de Sandy Koufax que batearle era como comer caldo con un tenedor.