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LMB: William Berzunza, un legado más allá de los diamantes

Periodistas recordaron el legado del pelotero yucateco, miembro del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano
January 16, 2021

Ciudad de México (lmb.com.mx / César Patricio Queijeiro) 16 de enero.- William Berzunza (Mérida, 1936) ha sido de los deportistas más importantes en la historia de Yucatán. Fue cuatro veces campeón de la Liga Mexicana de Beisbol y, en todas ellas, lo hizo con un equipo diferente: con Leones de

Ciudad de México (lmb.com.mx / César Patricio Queijeiro) 16 de enero.- William Berzunza (Mérida, 1936) ha sido de los deportistas más importantes en la historia de Yucatán. Fue cuatro veces campeón de la Liga Mexicana de Beisbol y, en todas ellas, lo hizo con un equipo diferente: con Leones de Yucatán en 1957, con los Rojos del Águila de Veracruz en 1961, con Diablos Rojos del México en 1964 y los Broncos de Reynosa en 1969.

Los buenos números que dejó a lo largo de sus 18 temporadas en nuestro circuito se empezaron a vislumbrar desde su primera temporada, en la que promedió .240 en 50 veces al bat.

Temporadas 18

PCT .299

J 1737

VB 5229

C 610

H 1566

CP 678

El legado de Berzunza va más allá de los diamantes. Al retirarse pasó a ser manager de los Lobos del Instituto Tecnológico de Mérida, equipo con el que fue tres veces campeón nacional.

William Berzunza siempre pensó en dejarle lo mejor a su familia. Antes de ser pelotero profesional trabajó con su padre en una fábrica en la que se producían artefactos hechos con henequén, según recordó Gaspar Silveira, periodista del Diario de Yucatán. Su intención al ser profesional siempre fue el poderle dar una buena preparación académica a sus hijos.

Como beisbolista se desempeñó en la primera base y se destacó por ser “un bateador de contacto en una época en la que dominaban los grandes jonroneros. Tenía un swing muy educado, una fina zona de strike y bateaba hacia las dos bandas”, comentó Silveira quien también apuntó que tenía “un don de gente con gran disposición para ayudar a los jóvenes”

Por su parte, Enrique Kerlegand, periodista de gran recorrido en el beisbol nacional, recordó una curiosa anécdota: “Se retiró bateando .300 de por vida. A los pocos días de retirarse le dieron nombramiento de coach de primera base, llegaron a Villahermosa, tenían a seis titulares lesionados y Berzunza le dijo a Carlos Paz, que era el manager: ‘¿por qué no me das de alta por si necesitas bateador emergente? Puedo ayudar en lo que se alivian los muchachos. Lo dieron de alta en el roster y bateó de emergente, sacó elevado a segunda, regresó a la caseta, mejoraron los lesionados”. Después de eso bajó su promedio de bateo y es por ello que quedó con .299.

Tras ser investido al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano en 1995 jamás faltó a un evento de entronización, particularidad que Enrique Kerlegand echará de menos del recientemente fallecido.

El cáncer de próstata terminó con su vida a falta de dos días de llegar a los 85 años. Previamente ya había logrado vencer al coronavirus. A Berzunza le sobreviven sus hijos, nietos y bisnietos.

Fotos cortesía del Diario de Yucatán / Archivo Megateca