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1956, el primer título de Diablos Rojos

Salazar, como manager, demostró su genialidad al frente de los escarlata en la Liga Mexicana de Beisbol
April 3, 2015

México, D.F. (Tomás Morales) 3 de abril.-Después de perder la corona de 1955 en final de fotografía, los Diablos Rojos del México lograron la importante contratación de Lázaro Salazar como manager, un timonel cubano que ya llevaba seis campeonatos en la Liga Mexicana, así como títulos ganados en Cuba, Venezuela y República Dominicana.

Salazar era un genio para armar sus propios equipos y se añadieron jugadores importantes a los Rojos como el muy buen shortstop "Chero" Mayer, para tapar el hueco que tuvieron el año anterior y el pitcheo se fortaleció mucho con adiciones como las de los pitchers Memo López y Bob Trice, con éste último ayudando más como jugador de posición y bateador.

Los Diablos arrancaron fuerte la temporada de 1956 y una vez que tomaron el primer lugar, no lo soltaron. Para el 31 de julio los Diablos tenían ventaja de nueve juegos y medio sobre un Tigres que se seguía reforzando, pero no podía recortar distancias en el standing. Esa noche de lleno completo los Tigres se iban a jugar su última esperanza mandando al zurdo cubano Lino Donoso, quien había regresado de Ligas Mayores y se entabló en un gran duelo de serpentina contra el moreno Bob Trice, que había jugado en la gran carpa con los Atléticos de Filadelfia.

El entusiasmo de la gran asistencia era tremendo con el intercambio de porras y el juego llegó empatado a cero hasta la octava en que Tigres anotó la carrera de la quiniela con pasaporte al catcher Bill Onuska estando la casa llena. Y en la novena se fueorn 2-0 al frente con elevado de sacrificio de Leo Rodríguez por lo que la victoria felina parecía asegurada.

Sin embargo, los Diablos son famosos por sus ataques de última hora y en el cierre del noveno enloquecieron a sus aficionados al anotar las dos carreras del empate con un ataque dramático. Oscar Garmendía y Chero Mayer dieron sencillos, pero Donoso sacó dos outs antes que el cubano "Bicho" Pedrozo diera hit para empujar una carrera y Felipe "Burro" Hernández siguió con un imparable al derecho que empujó la del empate, no hay duda que el noveno inning ha sido de los Diablos en toda su historia.

El juego se fue a entradas extras, con Ron Sheetz relevando por Tigres y el zurdo cubano Rafael Rivas por Diablos, quien lanzó cinco entradas sin aceptar hit ni carrera. El juego llegó al cierre del inning 14 en que los Diablos fueron por la victoria con doble de Alonso Perry, toque de sacrificio de "Bicho" Pedrozo y entonces Lázaro Salazar decidió terminar el gran encuentro con una pincelada mágica, un toque de "squeeze play" que "Burro" Hernández ejecutó a la perfección para dejar en el terreno a los Tigres. Terminar un juego con un toque de "squeeze" es como la pincelada que termina una obra maestra por un pintor.


FOTO: Salazar y Perry, quienes marcaron historia con Diablos Rojos.

Finalmente, fue el domingo 26 de agosto cuando los Diablos se coronaron, un domingo y en el primero de un doble juego contra Leones de Yucatán. Fue un duelo que llegó 1-1 al cierre del noveno con los cubanos "Jiquí" Moreno lanzando por Leones de Adolfo Luque y Vicente López por los Diablos de Lázaro Salazar.

En el cierre del noveno Juan Vistuer abrió con sencillo y llegó a tercera en imparable de Alonso Perry que ese año ganó la triple corona de bateo. Luque ordenó la base intencional a "Bicho" Pedrozo para llenar la casa y Salazar mandó de emergente a su pitcher zurdo Guayubín Olivo que era muy buen bateador. El desenlace vino en una rola lenta por segunda que con el cuadro cerrado, Felipe Iturralde atacó por la pelota pero en sus ansias de tirar rápido al home pifió la pelota y Vistuer llegó barrido con la carrera que le daba a los Diablos Rojos el primer campeonato de su historia.

El festejo fue en grande, con mariachis y todo, resultando la primera y única vez que un mismo equipo cuenta en la misma temporada a un ganador de la triple corona ofensiva y uno de la triple corona de pitcheo. Alonso Perry terminó con .392, 28 jonrones y 118 carreras empujadas, mientras Panchillo Ramírez tuvo récord de 20-3 con 2.25 en efectividad y 148 ponches.

Fue el séptimo campeonato para Lázaro Salazar en la Liga Mexicana y primero para los Diablos Rojos después de 16 años de espera.

La noche de ese domingo el propietario de los Rojos, Héctor Peralta, dio una gran fiesta en el famoso centro nocturno Capri del Hotel Regis en que fueron los nuevos campeones con sus familias respectivas así como los cronistas e invitados de honor.