LMB: El juego perfecto de Ramiro Cuevas
El último de aquella obra de pitcheo que lanzó Ramiro Cuevas el 14 de agosto de 1953, su juego perfecto en el Parque Delta de la Ciudad de México. El pasado lunes falleció Humberto Ledesma y era el último que quedaba con vida de aquel orden al bat enfrentando a
El último de aquella obra de pitcheo que lanzó Ramiro Cuevas el 14 de agosto de 1953, su juego perfecto en el Parque Delta de la Ciudad de México. El pasado lunes falleció Humberto Ledesma y era el último que quedaba con vida de aquel orden al bat enfrentando a los Diablos Rojos de México, teniendo a Ramiro Cuevas como el artífice del trabajo en el montículo que tuvo de rival a Juan Conde.
Veamos el orden al bat de los Tecolotes: José Adam (cf), Humberto Ledesma (ss), Barney “Grillo” Serrel (2b), Archie Brathwaite (rf), Edrick “León” Kellman (c), Héctor Lara (lf), Jorge Bravo (1b), Servando Capetillo (3b), Ramiro Cuevas (p). Por los Diablos, Gilberto Villarreal jugó como shortstop y dio el batazo más peligroso, una poderosa línea que atrapó el segunda base Serrell dando un salto fenomenal.
El juego finalizó con marcador de 1-0 y el mejor bateador de los Tecolotes fue José Adam, dio 4-2 y anotó la única carrera del juego. José Luis “Chile” Gómez tomó el lugar del pitcher Juan Conde y terminó dando rola a segunda para el out 27.
Humberto Ledesma solamente jugó dos temporadas en la LMB. En 1953 y 1954 con bateo de .256 de por vida. Falleció a la edad de 93 años. Adolfo Luque fue el manager de los Tecolotes, quien le dio el campeonato al equipo ese año y otro más en 1954. Luque tuvo gran historial como ligamayorista, fue un pitcher triunfador antes de dejar las Ligas Mayores.
Cuando trabajamos en Culiacán, varios años en la radio y televisión, tuvimos oportunidad de platicar seguido con “Gilillo” Villarreal, le gustaba hablar de anécdotas. Tenía esa chispa pero también citaba momentos de su carrera en el beisbol profesional. Recordaba muchas cosas del juego perfecto de Ramiro Cuevas. “Era muy controlado, ponía los pitcheos en donde quería”, así hablaba del trabajo de Ramiro Cuevas. “No había mucha gente y se protegían de la noche fresca”, recordaba. Juan Conde también hizo muy buen trabajo, “todo el tiempo hablábamos de que podíamos ganarle a Cuevas ese juego”.