Globe iconLogin iconRecap iconSearch iconTickets icon

Un Salto de Fe

A veces, perseguir un sueño requiere encontrar la fuerza en uno mismo para perseverar
(Bert Hindman )
August 15, 2018

A 22 millas o 36 kilómetros al norte de Santo Domingo, capital de la República Dominicana, se encuentra el pueblito de Guanuma. Pegado a la orilla del rio que mantiene este mismo nombre, el pequeño pueblo en la región central del país es el hogar jugador de Bowie, Anderson Feliz.

A 22 millas o 36 kilómetros al norte de Santo Domingo, capital de la República Dominicana, se encuentra el pueblito de Guanuma. Pegado a la orilla del rio que mantiene este mismo nombre, el pequeño pueblo en la región central del país es el hogar jugador de Bowie, Anderson Feliz.

En su pequeño pueblo bajo el amplio cielo caribeño, Feliz creció con sus tres hermanos y una constante actividad en su mente.
"En Dominicana, uno se divierte jugando pelota, yendo al río y jugando un jueguecito en el recreo que le dicen "La Placa," dijo Feliz. "En realidad, siempre estamos jugando béisbol."
La Placa: es un juego que se puede encontrar en las calles de la República Dominicana. Esencialmente, el juego une aspectos del cricket moderno y del béisbol. Hay un lanzador, un bateador y un campo. El campo puede ser lo que sea y donde sea: una acera, un lote, la cerca de un río o en el medio del pueblo.
Además, cualquiera lo puede jugar. No importa si uno es rico o pobre, o donde se encuentre en el espectro socioeconómico. Ni siquiera se requiere una bola. Los niños dominicanos son muy ingeniosos, pueden hacer bolas con cualquier objeto que encuentren por su barrio.
Para Feliz, este juego era una parte integral de su vida.
"Ayudaba a mi madre con algunas cosas que vendía como helados y cosas así," dijo Feliz. "Luego, me iba para el play y cuando no me iba a el play entonces jugaba en el patio con pelotas de medias que hacíamos, con potecitos de medicinas, etc."
Después, usaban las vitillas - pequeños tapones de botellas de agua, muy difíciles de golpear o tirar con precisión. Tras jugar mucho en el barrio, Feliz y sus amigos consiguieron la coordinación de manos y ojos necesaria y la habilidad para triunfar en la liga de béisbol local para jóvenes.
"Yo empecé con 8 o 9 años," dijo Feliz. "Empecé ya a ir a una liga cerca de mi casa. El play estaba como a 5 minutos a pie, así que no salía del play. Ahí se jugaba mucha pelota en realidad y siempre había rivalidad. Siempre trataba de ser el mejor."
Cuando todos están jugando a su máximo nivel y crean competitividad, los jugadores empiezan a llamar la atención de las Grandes Ligas (Major League Baseball). Es muy fácil. Hay equipos que tienen instalaciones de entrenamiento en República Dominicana que ayuda a traer a muchos jugadores talentosos del país a EE. UU.
"Yo recuerdo (cuando) tenía 14 años, fueron a ver unos muchachos que tenían ya edad de firma," dijo Feliz. "Yo no podía firmar a esa edad y yo siempre he sido muy aplicado (en) lo que hago. Siempre nos dijeron que el béisbol es como un show; es algo que tu vendes entonces uno trata de hacer las cosas que se vean bien.
"(Cuando) los scouts fueron a ver a estos muchachos y me vieron, uno dijo: 'Oye, me interesa ese muchacho' y mi manager le dijo: 'No, pero él tiene 14 años.' El scout respondió: 'Si, pero yo lo quiero ver a él." Y del grupo de los muchachos que fueron a ver, yo fui el que más lo impresioné y yo dije, 'Guau, tengo 14 años y parece que tengo talento.' Eso me motivo muchísimo a seguir mi sueño."
Durante el tryout con los Yankees, Edgar Mercedes, un buscón en la Republica Dominicana se interesó por Feliz y le llevo a su academia. Las cosas empezaron a cambiar para el joven Feliz.
"Luego de ahí, ya todo fue cambiando," dijo Feliz. "Ellos me suplían las cosas que necesitaba y empezaron los scouts a conocerme y a saber sobre mí. Mi carrera ya se fue formando a partir de esa etapa."
Haciendo un rápido avance a un año más tarde. Anderson tenía en ese momento 15 años - casi un año antes de su firma con los New York Yankees, su primer contrato.
"Fui a ver un pana mío que acababa de venir de los Estados Unidos," dijo Feliz. "Y yo pensé, 'Guau, ¿cuándo me montaría en un avión?"
(Alerta de spoiler: paso un año después.)
"Firmé y tuve la oportunidad de venir aquí (a EE. UU) y subir en mi primer avión, una experiencia muy bonita. Estando aquí todo es distinto, es una cultura diferente con reglas bien estrictas. Si uno no tiene disciplina aquí se mete en problemas muy fácil. Y ya entonces empecé a ver lo que en realidad era ser pelotero."
Esta realidad para muchos jugadores significa no quedarse con el mismo equipo con el que firmaron. Los Yankees dejaron libre a Feliz el 19 de marzo de 2015, después de 7 años en el sistema de los Yankees.
Desde este momento, Feliz empezó a recorrer millas por diferentes estados y países.
"Bueno, mi historia es un poco complicada," dijo Feliz. "En 2015, me tuve que ir a una liga independiente en Lancaster (PA) y dure un año allá. De ahí me fui para Taiwan a la selección del país, la "Premier 12". Ese mismo año, al final, me fui para Nicaragua a jugar en invierno. Luego me llamaron los Piratas y firmé por dos años. Jugué para ellos durante 2016 y 2017 y quedé de Free Agent. Y ahora, este año firme con los Orioles."
Para muchos jugadores de béisbol, no existe la garantía de tener un equipo donde jugar la semana siguiente (o al día siguiente). Para Feliz, estar en este estado de transición le afectaba desde sus adentros.
"Es un poco difícil en realidad, porque uno está con la incertidumbre de dónde o quién le va a firmar," dijo Feliz. "Yo estaba en Dominicana, por ejemplo, en invierno me (había ido) muy bien y pasaba el tiempo, y decidí que me iba a ir para México porque se me hacía raro que nadie me había llamado.
"Pero yo sentía algo dentro de mí (que me decía) que no tenía de que preocuparme, dado a que me estaba yendo muy bien, gracias a Dios. Yo creo en el talento que Dios me dio y yo sabía (y) sentía que alguien en algún equipo de la Major League se iba a interesar en mí. A veces yo soy optimista con situaciones que son difíciles. A veces, uno entiende que se quiere volver loco, pero yo siempre tengo mi confianza en Dios (y) el plan de Él es perfecto, (así) no me preocupo tanto."
Esa Fe ha marcado su carrera en más de una ocasión.
"En el 2012 creo que fue o en el 2013, yo tuve dos lesiones en un año con los Yankees. Después de tenerme un año, me lesioné y me operaron del codo," dijo Feliz. "Luego cuando (volví) al año siguiente me (estaba yendo) bien también y me lesioné de la pierna y me tuvieron que operar del right hip (cadera derecha). En esa ocasión, yo dije '¿Pero por qué me pasa esto a mi si yo trabajo tanto y me preocupo tanto por lo mío?'"
"Me pasó algo muy bonito. Recuerdo que eran como las 8 de la mañana y (me) estaban durmiendo (porque) me iban a operar. Me estaban dando un tratamiento para fortalecer el músculo antes de ir y sentí una voz que me dijo, 'No temas que yo estaré contigo.' Y yo digo que eso fue el mismo Dios que me hablo porque luego que yo (desperté), yo sentí como que se me había caído una mochila de piedras que yo (llevaba). Y desde ahí, ya me quedé tranquilo y dije, 'Bueno que sea lo que Dios quiera. Yo no me voy a rendir.'"
Feliz aún tiene que sobrepasar el nivel de Triple-A, pero su Fe y su fuerza le han ayudado a ser perseverante hasta el momento.
"Me han pasado muchas cosas en mi carrera," dijo Feliz. "Yo creo que no es las veces que uno caiga si no las veces que uno se levanta. Esto no depende de lo alto de donde uno se cae, si no en lo que tú crees y en el esfuerzo que tú puedas dar en el día a día.
"Yo trato de controlar las cosas que yo puedo controlar. Las que no (puedo controlar) ya se las dejo a Dios. Se me escapan de mis manos."
Una de las cosas que Feliz si ha sido capaz de controlar es devolver a la comunidad y a las personas que le dieron la oportunidad de emprender este camino como jugador. El claro ejemplo es su madre, que vendía helados en Guanuma para sacar adelante a su familia con mucho trabajo.
"Antes dependíamos de mucho trabajo, para poder sobrevivir, ¿tú sabes?" dijo Feliz. "Y ya después de que yo firme, (compre) una casa. Mi mama vive bien. Mi papa vive por su lado también (y) siempre estamos en contacto. Mejoró la vida, no para lo que queremos todavía porque queremos muchas cosas bajo lo que Dios nos permita, pero sí, mejoramos."