Larry Lucchino y David Ortiz: Una Historia de Amor Parte ll
En los Medias Rojas de Boston, no muchos peloteros trascendieron fronteras e idiomas como David Ortiz, que, con su personalidad, entrega, habilidad y carisma lograron que toda Nueva Inglaterra se rindiera ante ellos. “Big Papi” se convirtió en una figura conocida mundialmente y uno de los mayores embajadores del beisbol
En los Medias Rojas de Boston, no muchos peloteros trascendieron fronteras e idiomas como David Ortiz, que, con su personalidad, entrega, habilidad y carisma lograron que toda Nueva Inglaterra se rindiera ante ellos. “Big Papi” se convirtió en una figura conocida mundialmente y uno de los mayores embajadores del beisbol en muchos rincones del planeta, y escribió su nombre con letras de oro en el deporte profesional de la Costa Este al nivel de atletas como Tom Brady, Bill Russell y Larry Bird.
La carrera de Big Papi fue definida por miles de momentos clave, dentro y fuera del diamante, pero que probablemente no hubieran pasado, al menos no en Boston, de no ser por el actual Propietario Mayoritario de los Worcester Red Sox y antiguo Presidente/CEO de los Boston Red Sox, Larry Lucchino y por su compañero, el también Salón de la Fama, Pedro Martínez.
Los inicios de la trayectoria de Ortiz se remontan a 1992 cuando fue firmado por los Marineros de Seattle, donde se desarrolló en las ligas menores hasta 1996 cuando fue cambiado a los Mellizos de Minnesota donde a pesar de hacer su debut en las ligas mayores, experimentó el ir y venir con los Mellizos y su filial de Triple-A. Las seis temporadas de Big Papi con Minnesota serían más recordadas por las lesiones a pesar de pegar 58 cuadrangulares e impulsar 238 carreras.
Para adentrarse en la llegada de David Ortiz a Fenway Park, la que sería su casa hasta el final de su carrera, y el inició de la amistad que surgió entre Ortiz y Lucchino, el presidente de los WooSox, el Dr, Charles Steinberg recuerda la complejidad y los actores principales que provocaron la firma de Ortiz con los Red Sox.
“Pedro Martínez es la clave en esta historia. En diciembre del 2002, David Ortiz estaba en un restaurante hablando por teléfono con Pedro, y con tristeza, Ortiz le comentó que los Mellizos no le iban a extender el contrato”, menciona Steinberg. “Excelente, respondió Pedro, y Ortiz inmediatamente le reclamó a su compatriota por su frialdad, pero Pedro le dijo que era hora de que se uniera a la organización en la que debía de estar, los Medias Rojas de Boston.”
En ese tiempo, Lucchino se encontraba en medio de las negociaciones de una extensión de contrato para Pedro, y en medio de esas platicas, el lanzador le aconsejó a Larry firmar a Ortiz a un contrato de ligas menores con una invitación a Spring Training y de esa forma el riesgo no era demasiado, pero con un potencial de ganancia importante.
“Larry sabía que Pedro era una de las personas más inteligentes que ha conocido en el deporte y también sabía que Pedro era un futuro Salón de la Fama, por lo que su confianza era plena”, recuerda Steinberg. En una de sus muchas conversaciones sobre el tema, Lucchino le dijo a Steinberg: “Cuando tu lanzador estrella, ganador del Cy Young, futuro Salón de la Fama te dice que apuestes por firmar a alguien que conoce, además de estar negociando extensiones de contrato con él...lo firmas”.
Eso fue suficiente para que Big Papi se uniera a las filas de los Red Sox, después de Spring Training, David fue incluido en el equipo, sin embargo, realmente no jugó las primeras semanas de la temporada. A pesar de las pocas oportunidades, Ortiz las aprovechaba al máximo, hasta que, a mitades de mayo, se hizo evidente que era necesario que tuviera más tiempo de juego.
“Cuando alguien te rescata del fondo del barril, cuando alguien besa al sapo que se convierte en rey, tu (David Ortiz), no te olvidas de Pedro, no te olvidas de Larry Lucchino”, afirma Steinberg. “Larry también tiene ojos para el corazón, Pedro tiene corazón, David Ortiz tiene corazón”.
A partir de este momento, David Ortiz se convierte en “Big Papi”, un nombre que se quedará con él para toda la vida y que se ganó de una manera que no mucha gente piensa. Al dominicano siempre le costaba trabajo el recordar los nombres de las personas, por lo que llamaba “Papi” a todos en el equipo y en el staff.
Después de ganar en el 2004 y en el 2007, Big Papi ya era toda una leyenda viviente en Boston, pero en 2010 la prensa estaba siendo dura con el equipo e incluso se hablaba de que los mejores años de Ortiz ya estaban en el pasado, sin embargo, Lucchino, siempre defendiendo a los suyos, nunca tuvo dudas de que aún quedaba gasolina en el tanque de David.
En agosto 2012, se rompe el tendón de Aquiles y se pierde el resto del año incluida una parte del 2013, un año que cambiaría la historia de Boston para siempre. “Ortiz estaba en Pawtucket, rehabilitando su Aquiles, la tragedia del Maratón fue el 15 de abril, él no estaba en ese equipo”, menciona Steinberg. “El sábado 20 de abril sería el primer juego en casa desde el Maratón y tanto como Larry y yo tuvimos la misma idea.”
Para ese partido, empezaron las pláticas sobre una ceremonia y por azares del destino, Big Papi se reincorporaría al equipo justo ese día. Larry Lucchino sabía que lo correcto era darle un micrófono a David Ortiz al saber lo que significaba para los aficionados, una idea que también le paso por la cabeza a Steinberg.
“Hablando con mis colegas, tuve la idea de darle el micrófono a Ortiz, y mis colegas me dijeron que lo más probable seria que David dijera una mala palabra, cuando le dijimos a Larry que esto era una posibilidad su respuesta fue: Excelente”, recuerda Steinberg. “Ese día (Big Papi) hizo historia, no con su bat, pero con su boca y su corazón. Todo mundo recuerda la famosa frase, pero hay que prestar atención a lo que dice después: ‘Nadie puede dictar nuestra libertad’, esa es una maravilla de frase, hablando en tu segundo idioma, en tu segundo país.”
Una de las enseñanzas más grandes para Larry Lucchino es nunca desconfiar del corazón de un Salón de la Fama, y el resultado fue ese. Ortiz tuvo una excelente segunda mitad del 2013 y fua una pieza fundamental para que Boston se coronara campeón de la Serie Mundial en el mismo año de la mayor tragedia en su historia.
David Ortiz fue exaltado al Salón de la Fama del Béisbol Nacional en su primer año de elegibilidad en 2022, y en su discurso agradeció a sus entrenadores, a la ciudad de Boston y, por supuesto, a Larry Lucchino. "Desde el Sr. John Henry hasta Linda Henry, pasando por Tom Werner, Larry Lucchino, Phil Morse, quien estaba allí cuando llegué a Boston", dijo Ortiz.
Big Papi también se dirigió a los fans que le mostraron una inmensa cantidad de amor durante más de una década.
"Cuando pienso en Boston, también pienso en el último partido que jugué, parado en ese campo en el Fenway Park", dijo. "Se sentía como si toda la región de Nueva Inglaterra y todos y cada uno de ustedes me rodearan y me mostraran todo su amor. Siempre será Boston y siempre estaré ahí para ti, Boston. Te quiero, Boston".
En 2023, Lucchino recibió el Premio Jimmy Fund el pasado 4 de septiembre en el Fenway Park, y su gran amigo y confidente, David Ortiz, no podía faltar a este homenaje. "Me encanta bromear con él, burlarme de él, complacerlo, y lo que logramos juntos fue increíble", dijo Lucchino.
Después de romper una maldición de 86 años, ganar, ganar y volver a ganar cuando tu ciudad más lo necesitaba, esa es una historia de amor.